MÉXICO, 13 Sep (EUROPA PRESS)
Los premios IG Nobel, conocidos por su enfoque humorístico hacia las investigaciones científicas que primero provocan risas y luego invitan a la reflexión, este año han incluido proyectos tan variados como entrenar palomas para guiar misiles y estudiar la dirección en la que gira el cabello según el hemisferio.
En una ceremonia organizada por la revista Annals of Improbable Research, se dieron a conocer los trabajos más insólitos pero intrigantes del mundo de la ciencia. Entre ellos, destaca el proyecto conocido como Project Pigeon, desarrollado por Burrhus Frederic Skinner, un psicólogo de la Universidad de Minnesota, quien logró entrenar a las palomas para dirigir bombas. A pesar de su éxito inicial, el proyecto nunca se implementó por el escepticismo de los funcionarios gubernamentales y militares de Estados Unidos. Skinner, recibió a título póstumo el premio IG Nobel de la paz, defendiendo su investigación hasta el final.
En el campo de la anatomía, un grupo de científicos franceses, liderados por el profesor Khonsari Roman, investigó la dirección en que crece el cabello en personas de diferentes hemisferios. Su investigación reveló que, aunque los remolinos capilares en el sentido de las agujas del reloj son más comunes a nivel mundial, existe una mayor frecuencia de remolinos en sentido contrario en el hemisferio sur.
Notablemente ingeniosa fue la investigación que se llevó el premio de química, donde un equipo separó gusanos borrachos de los sobrios mediante una técnica de laboratorio especial. En el ámbito de la biología, Fordyce Ely y William Petersen recibieron reconocimiento por estudiar el efecto del susto en las vacas sobre la producción de leche.
El premio de probabilidad se otorgó a un equipo internacional por un extenso experimento que involucró más de 350,000 lanzamientos de monedas, concluyendo que hay una mayor probabilidad de que la moneda aterrice en el mismo lado en que comenzó.
Otros galardonados incluyeron investigaciones sobre la capacidad de los mamíferos de respirar por el ano, el desempeño de truchas muertas nadando detrás de un cilindro y el análisis demográfico que sugiere que registros inexactos pueden estar detrás de las afirmaciones de longevidad extrema en ciertas poblaciones.
Los premios IG Nobel de este año, una vez más, pusieron de manifiesto las áreas más inusuales de investigación científica, demostrando que la curiosidad humana no conoce límites y que incluso los estudios más peculiares pueden arrojar luz sobre aspectos importantes de nuestra vida y el mundo que nos rodea.