Denuncia que hay civiles que "básicamente son tomados como rehenes en zonas de combates"
MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora humanitaria de la ONU para Sudán, Clementine Nkweta-Salami, ha instado este jueves a garantizar el paso de civiles que tratan de huir en busca de seguridad tras las denuncias sobre civiles que no pueden abandonar las zonas de conflicto, incluidos algunos casos en los que "se les impide activamente hacerlo".
"Básicamente son tomados como rehenes en zonas de combates activos", ha denunciado, antes de subrayar que "desde que comenzó el conflicto en abril de 2023 los civiles han estado expuestos a niveles de violencia y sufrimiento sin precedentes". "La humanidad es la primera víctima de la guerra, y el sufrimiento de muchas personas desplazadas se ha prolongado demasiado tiempo. No puedo imaginar la desesperación absoluta de la situación", ha declarado.
Nkweta-Salami ha señalado que en el campamento de desplazados de Zamzam, situado en los alrededores de la ciudad sudanesa de El Fasher (oeste), decenas de miles de personas --la mayoría de ellas mujeres, niños y ancianos-- "se enfrentan a condiciones intermitentes de asedio, bombardeos y ataques terrestres", por lo que ha reiterado su llamamiento a reducir la escalada y cumplir con sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional Humanitario.
"Los combates en curso están afectando a los civiles y a las instalaciones civiles, y son un duro recordatorio del impacto devastador del conflicto que dura casi dos años. Los actores armados que operan cerca o dentro de zonas pobladas plantean amenazas directas a los civiles y bloquean la entrega de asistencia humanitaria vital", reza un comunicado.
Además, los trabajadores humanitarios "no se han librado de los horrendos actos de violencia y abusos, y se han tenido que detener los esfuerzos de respuesta humanitaria críticos", en referencia a la suspensión de las actividades de Médicos Sin Fronteras (MSF) y de la distribución de alimentos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en Zamzam.
La guerra entre el Ejército y las RSF estalló en abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como terrorista-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir.