MÉXICO, 27 Jul (EUROPA PRESS)
En el debut del torneo olímpico de balonmano masculino, el equipo español se llevó una victoria de 25-22 contra Eslovenia, un inicio que el seleccionador español, Jordi Ribera, calificó de complicado, especialmente por la juventud y la renovación del equipo después de los juegos en Tokio. Ribera comentó, "El primer partido de cualquier competición siempre es difícil. Y en unos juegos, cuando hay tantos jugadores nuevos, también cuesta porque saben de la responsabilidad que es estar aquí".
El entrenador señaló que en la primera mitad el equipo tuvo dificultades, principalmente por los errores en la "selección de lanzamientos", pero destacó una mejora significativa en la defensa y la colaboración en la portería durante la segunda mitad, lo que permitió aprovechar el contraataque y asegurar goles fáciles. Ribera subrayó la importancia de que todos los jugadores participaran en este primer enfrentamiento, reconociendo especialmente el papel de los más experimentados en los momentos claves del juego.
Destacada fue también la actuación de Gonzalo Pérez de Vargas, sobre quien Ribera afirmó que tuvo momentos muy buenos, particularmente en la segunda parte, impidiendo goles en momentos cruciales que ayudaron a conservar la ventaja del equipo.
Con miras al futuro, Ribera expresó confianza en el crecimiento del equipo a lo largo del torneo. A pesar de la transición de un equipo con "muchos automatismos" a uno más joven que todavía necesita encontrar su ritmo, el seleccionador se mostró optimista: "Tenemos que estar contentos porque hemos sacado dos puntos importantes que nos permiten estar preparados al 100% para el siguiente partido".
El próximo desafío de España será enfrentarse a Suecia, un rival que Ribera ya anticipa como muy difícil, reflejando la intensidad y el alto nivel de competencia que caracterizan a los Juegos Olímpicos.